• 3a edición aumentada. / Sin duda, todos seremos tocados por lo menos alguna vez en la vida por la muerte de un ser querido, además de otras pérdidas que habremos de enfrentar y que nos harán entrar en duelo, un proceso natural y deseable para retomar la vida –que, aunque cambiada por necesidad, invite a vivirla nuevamente– de manera plena. El duelo conlleva a un gran trabajo que incluye reaprender todo aquello que la pérdida ha trastocado –a nivel personal, familiar, social, así como en el plano emocional, cognitivo, conductual y espiritual– y que se daba por sentado acerca de cómo vivir. Las grandes pérdidas hacen que el mundo se vea, se sienta y se piense distinto porque en realidad: ¡Es distinto! Asumirlo nunca es fácil y no existe para los dolientes una receta que los lleve por un camino recto y seguro.