• Cuando Marx y Lenin se encuentran con el cine y no saben muy bien por dónde tirar, hacen lo mismo que los personajes interpretados por John Travolta y Samuel L. Jackson en Pulp Fiction: llamar al Señor Lobo, es decir, György Lukács, que es el único que puede hacer que nos quedemos contentos con los problemas de la mímesis y el reflejo antropomorfizador. El pensamiento estético de György Lukács, pese a ser este uno de los intelectuales marxistas más importantes del siglo XX, no ha recibido ni de lejos la atención que merece. Se le ha leído poco y mal, muy mal. Tanto que se le ha acusado a la vez de ser lo mismo un burgués decadente como el filósofo oficial del «realismo socialista». Nada menos. Lukács no tiene nada de ninguna de esas dos figuras. El libro que el lector tiene en sus manos surge de reunir, estudiar y espigar lo más interesante para el análisis fílmico de la obra lukacsiana. A través de sus escritos podemos darnos cuenta de cómo Lukács vio en el cine, desde sus inicios, el nacimiento de un nuevo arte, una nueva belleza. Esto implica que se esfuerza en poner en juego nuevas categorías y en aplicar de forma específica las que ya tenía para el arte en general. Así, para nuestra sorpresa, de su lectura emergen herramientas de reflexión de gran fertilidad para el análisis actual del cine. Ante su invisibilidad, quizá sea un momento oportuno para recuperar, de la mano del pensador húngaro, una estética relacional que nos regala análisis precisos para una teoría del cine como arte y como ensayo de una vida más inteligente y más digna.