• Un delicioso clásico del autor de los «Diarios del agua»: libro de viajes, de paseos bajo las copas de los árboles, que se lee como una plácida novela de aventuras. «Entrar en un bosque es acceder a un mundo distinto en el cual nos transformamos». Con estas palabras nos invita Roger Deakin a adentrarnos en Diarios del bosque, un libro que bulle con esa curiosidad de la que se nutre la vida. Un texto que desvela el bosque —y también la madera, ese «quinto elemento»— como parte de comunidades mucho más grandes, repletas de historias con un amplio e inolvidable elenco de artesanos, artistas, granjeros, mimbreros o recolectores de nueces, así como de plantas, bardas, pájaros y polillas. Deakin recorre así no solo su Inglaterra natal: su viaje lo lleva hasta bosques de los Pirineos, Australia o Asia Central, en un intento de rozar con su escritura el duramen de una fascinación y un amor por la madera, el árbol y el bosque al alcance de muy pocos. CRÍTICA «Una afirmación silenciosa de los valores de un bosque, de aprender a disfrutar de las pequeñas epifanías que, de continuo, nos ofrece: el arranque del vuelo de unas perdices, telarañas orladas de rocío, la huida de unos ciervos. Naturaleza apenas entrevista, sí, como lo mismos árboles en la lejanía, embebidos en una panoplia de verdes. Pero siempre gratificante, y siempre hermosa.» —Mario Peloche, Libros y literatura «"Entrar en un bosque es acceder a un mundo distinto, en el cual nos transformamos." Con estas palabras Deakin nos abre la puerta a esa «vida entre árboles» que lo llevó a descubrir hasta qué punto nuestra relación con los bosques no es solo física, sino también espiritual y cultural.» —Ricardo Martínez Llorca, Culturamas «De alguna manera y pese a encontrar unos conocimientos apabullantes, el autor logra llevarnos de tribus a idiomas o picnics en el parque, cautivando paso a paso a quien decida compartir con él este viaje, capaz de descubrirnos algunos de los lugares más impresionantes que Internet me ha mostrado persiguiendo sus pistas, y sin lograr llegar a dibujarlos con la mitad del detalle que lo hace la voz entusiasta del autor.» —Zenda «Una hermosa y mística celebración de todo lo que tiene que ver con la madera y los bosques... ¿Ha habido alguna vez un escritor de naturaleza con un oído más agudo o un ojo más perspicaz que Roger Deakin?» —Mail on Sunday