• Ilustraciones de Verónica Hernández. Prólogo de Antonio Molina Flores. Siete relatos cuya unidad en el tratamiento de los temas y en el tono tiene mucho que ver con el Jardín de Babilonia. En él se van desarrollando varias secuencias que nos remiten a un territorio mítico y a unos personajes a los que despoja de su ropaje bíblico para reescribirlos en un presente sin tiempo.