Los vencidos
18,90 €Autor: Manuel Ciges Aparicio
Editorial Pepitas de calabaza
Presentamos aquí un testimonio de un valor incalculable, encuadrado en el mejor periodismo de denuncia social. Estas magníficas crónicas, reunidas bajo el título de Los vencidos, son el fruto de dos viajes que Manuel Ciges Aparicio realizó en la primera década del siglo xx: uno a las minas de Riotinto en Huelva («La California del cobre») y otro a las minas de mercurio de Almadén en Ciudad Real («La ciudad doliente»).
Los vencidos —enmarcado por el autor en una serie titulada Las luchas de nuestros días— es considerada una obra precursora de la literatura social y pionera de la denuncia medioambiental en España. En ella Ciges traza un certero cuadro de las infames condiciones de vida de los mineros y de sus familias, así como de los estragos que la mina causa en su salud y en el entorno. Además, desentraña los intereses empresariales que se benefician de tamaña explotación, llevada a cabo con la imprescindible colaboración del Estado y sus adláteres.
Una obra —una joya— precursora de la literatura social y pionera de la denuncia
medioambiental en España.
Manuel Ciges Aparicio (1871-1936). Las experiencias vividas de primera mano en las campañas de Marruecos y Cuba, incluidos dos años de prisión por criticar a sus superiores, nutrieron las primeras incursiones literarias de Manuel Ciges Aparicio. Tras lograr el indulto en 1898, regresa a España, donde se foguea en el periodismo republicano, tanto en su Valencia natal como en Madrid y, más adelante, en Zaragoza. Su interés por las condiciones de trabajo en las cuencas mineras le llevarán, durante la primera década del siglo, a realizar una serie de reportajes que constituye el embrión de la literatura social en España. Dos etapas de destierro en París se resuelven en corresponsalías y, a su regreso, después de la Gran Guerra, se dedica plenamente al periodismo y a la novela corta. Proclamada la Segunda República, es nombrado gobernador civil, primero de Baleares y luego de Ávila. Allí le sorprende el golpe militar de julio de 1936, que desemboca en su ejecución sumarísima: un tiro en la cabeza junto a la tapia del cementerio. Tres de sus hijos se verán obligados a presentarse voluntarios en la División Azul para luchar, como soldados del Tercer Reich, en la Unión Soviética. Uno de ellos alcanzaría fama como actor décadas después: Luis Ciges.