Las fascinantes rubias de Alfred Hitchcock
13,50 €Autor: Serge Koster
Editorial Periférica
Hitchcock y la dimensión erotómana de su cine; Hitchcock como un Barba Azul de cuento; Hitchcock el Maestro. A ratos deliciosamente perversas, y con teorías atrevidas pero muy atractivas, estas páginas de Serge Koster abordan, con conocimiento de causa y brío literario, los temas que intrigan a los amantes del cine y excitan también la curiosidad de los espectadores novatos. Y están tan llenas de su amor de fan por los personajes como por las personas: la Grace Kelly de La ventana indiscreta, la Kim Novak de Vértigo, la ladrona Marnie interpretada por Tippi Hedren?
Vouyerismo, fascinación, diálogos llenos de dobles sentidos: la cara B de un Hitchcock no tan oculto aparece aquí como en sus películas: siempre casi escondiéndose y a la vez mostrándose; el adorador de ídolos femeninos que coloca en un altar a sus actrices para luego, en muchos casos, derrumbar con sólo un gesto ese mismo altar; el genio de las contradicciones.
Narración y ensayo, diario de lecturas y películas, de placeres y vicios (a veces la misma cosa), Serge Koster, siempre entre la erudición y la divulgación, propone a los lectores, con una prosa llena de hallazgos líricos y también, ¿por qué no decirlo así?, «psicológicos», una estupenda conversación que recuerda a la ya mítica entre François Truffaut y el propio Alfred Hitchcock, sólo que ahora, al abrir este libro, seremos nosotros mismos quienes nos convertiremos en contertulios de Serge Koster, para aprender de él y para debatir con él.
Hitchcock, «sus» rubias sofisticadas y las películas que rodó con ellas; Hitchcock y el sexo; Hitchcock y su falso harén.
Serge Koster nació en París en 1940. «Homme de lettres», como suele decirse, ha sido profesor de literatura y colaborador de distintos medios (incluyendo Apostrophes de Bernard Pivot, los programas radiofónicos de France Culture, la revista La Quinzaine littéraire o el diario Le Monde). Buen conocedor de la obra de Chamfort, Racine, Voltaire, Rousseau, Proust.